El señor Dragón de ojos color rosa

Entonces él me dijo: - Ve por la Leche y yo iré por el papel higiénico.

Camine hacia el pasillo donde se encuentran todo tipo de leches, me quede mirando el enorme estante con una variedad de leches,  nunca me había costado tanto elegir entre marcas y precios, comencé a sentirme extraña había un sentimiento dentro mio que no sabía expresar.
En eso tuve un recuerdo de mi infancia en donde mi madre muy triste me dijo que la disculpara por no poder comprarme aquella muñeca de ojos bonitos y yo simplemente le dije que no se preocupara que todo estaba bien y después sabía que ella me lo compraría...
La muñeca nunca llegó.

 -¿Ya elegiste tu leche?-dijo
-No aún no, pero creo que tengo muchas ganas de llorar.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

-¿Estas triste por que quieres tu dragón y no podemos comprarlo?
-Creo que sí, realmente lo quiero y es extraño por que nunca había deseado tener algo.
-Lo llevaremos no te preocupes-

Caminamos hacia el área de juguetes, tomo el dragón y me lo dio.

Lo tomé en brazos y me sentí feliz, el tiempo se detuvo, mientras acariciaba cada centímetro de felpa. Era un estremecimiento que parecía una suplica, quizá alguien debería estrechar con fuerza en brazos a ese dragón y esa debía ser yo.